domingo, 30 de octubre de 2011

Las tórtolas turcas






Es octubre, un octubre extrañamente veraniego. Doy un paseo por el Cercado del Ciprés respirando aire puro, olor a pino, renovado por las lluvias de hace a penas un día.


Hoy me propuse hacer muchas cosas, aprovechando que el cambio de hora nos regalaba una extra.


Hacía 2 años que no escribía nada aquí, y hoy subo esta foto de tórtolas turcas tomando el sol, haciendo equilibrio en los cables del tendido eléctrico, bañándose con los últimos rayos de sol de la tarde.

Me ha llamado la atención la fortaleza de estos animales para superar las inclemencias del tiempo. Junto a una ventana de casa anidan varias parejas que han hecho que nos interesemos por ellas, pues las tenemos a escasos metros y las podemos contemplar con facilidad. No son demasiado "asustonas". Hemos visto cómo soportan los inviernos subidas a un olmo sin hojas, cayéndoles la lluvia, sintiendo el frío y la nieve, sin más refugio que darse calor durmiendo una junto a la otra.


Con la llegada de la primavera toca arreglar el nido, para los futuros retoños. Días enteros sin moverse de allí, incubando los huevos. Hemos leído por ahí que se alternan el macho y la hembra tanto para incubar los huevos, como para alimentarlos, pero como son tan parecidos, no sabemos distinguir cuando está "Paloma" y cuando "Juan", que así les hemos puesto de nombre. En la segunda foto podéis ver el primer huevo, tras un abandono momentáneo para ir a desayunar.


A los veintitantos días ya salen los pollos, uno o dos con suerte. Crecen muy rápidamente y en pocos días no caben todos en el nido. Son muy tragones, los padres no dan abasto para alimentarlos. Los hermanos suelen ser muy cariñosos entre ellos y siempre andan juntos. Les llamamos cariñosamente "Los cadetes", y tienen el ojo pintado de oscuro y el pico más robusto, en apariencia. que los padres. Al principio no tienen la listita negra del cuello como sus padres. Luego viene lo que Juan Antonio llama "El vuelo de Mayong": los pollos empiezan a hacer pequeños vuelos de una rama a otra, y finalmente al suelo, buscando algo que comer.


Durante todo el verano, debido al follaje intenso del olmo, les perdemos la pista, tan sólo vemos a sus ruidosos vecinos los gorriones, que pronto abandonarán la casa, cuando el árbol pierda sus hojas. De nuevo podremos ver a Paloma y Juan, juntitos en su rama. Abajo podéis contemplar al padre o la madre junto a los cadetes Pim y Pollo, si es que son unos pimpollos, qué ricos!

domingo, 18 de enero de 2009

¡Esto está en pañales!


Aún no he tenido tiempo de darle forma a este "glob"... uy, que se llama blog! Pues ahí va una imagen de un glob que casi se pincha en el árbol, movido por Agentes Maléficos de la O.S.S...

Un poco de paciencia, en cuatro ratillos y con un poco de ayuda de mi socio (seguro que le coge el tranquillo enseguida...) dispondréis de fotos que ilustrarán nuestros viajes por el mundo.

Salu2 Vallerianos!